Cinco Titanes en Plaza Venezuela
La Plaza Venezuela es para los caraqueños un gran símbolo de luces y colores. También de música, pero no siempre fue así. ¿Cómo paso de ser una encrucijada caraqueña a convertirse en un punto de encuentro de la ciudad capitalina?
Al principio estaba el parque y lo cierto es que con la inauguración del Parque los Caobos, el gobierno necesitaba darle mas popularidad al nuevo parque. Para ello mandó a construir una pequeña redoma con una fuente en el centro de la Avenida Monumental del Este.
Lo más importante era una plaza cercana dedicada a Cristobal Colón. De esta forma, se le realizaba un homenaje a el genovés que descubrió a las américas.
A mediados de 1945 el nuevo gobierno quería una fuente más grande. Por lo que la Avenida Monumental quedó para siempre dividida en dos por una gran redoma y una fuente a la par.
Era todo un espectáculo, la misma debía hacerle eco a su nombre, se contrató a Ernesto Maragall en 1948 para que hiciera una obra de arte. Inspirado en las fuentes italianas, el escultor creó a 5 titanes: Los Andes, Los Llanos, el Caribe, Guayana y el Avila. Y fue en 1953 que la pudo terminar.
En 1954 se inauguró el Aula Magna de Venezuela, y se decidió aprovechar la nueva fuente como punto de bienvenida a las delegaciones de todo el Mundo que venían al concierto municipal.
Venezuela es un país donde todo pasa de moda. La fuente monumental no fue la excepción. En los sesentas, la nota era el progreso, la industria, la máquina y los carros. Por ende, el gobierno decidió hacer un distribuidor…
llego una etapa en la que no había fuente, pero el arte del maestro Maragall no se perdió. Poco tiempo después se colocó una réplica de la fuente en el Parque los Caobos y todavía podemos verla e imaginar su antigua gloria en el verdadero lugar que le corresponde: En el centro de Plaza Venezuela.
Así fue hasta los 80’s, en el que un gobierno progresista quería demostrar que los venezolanos eramos capaces de grandes cosas. Esta vez se mantuvo el distribuidor y se diseñó una nueve fuente sobre el mismo, que además bailara al son de la música. Sí, una fuente que bailaba.
Con esta fuente novedosa, Plaza Venezuela se convirtió rápidamente en el centro de la vida nocturna caraqueña. Pero nuevamente, la fuente perdió fama, y con ella eventualmente dejó de de sonar la música. Aunque los colores duraron más tiempo.
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Texto e Ilustración: Jorge Rivas @donrefran