“Cuídate del hombre que no habla, y del perro que no ladra”
“Cuídate del hombre que no habla, y del perro que no ladra”
Como ya es bien sabido, «Perro que ladra, no muerde«, pues el latido (ladrido) alerta. El hombre que no habla oculta su pensamiento y es imposible saber su propósito o intenciones.