“El que llora su mal, no lo remedia”. Este refran, nos deja como una enseñanza, que no debemos lamentarnos. Si tuvimos una contratiempo, una mala experiencia, podemos lamentarnos , pero no quedarnos llorando. No podemos estancarnos en eso. Similar a “duele lo que se perdió, cuando no se ha defendido”. Si nos caimos volvamos a levantarnos, no podemos quedarnos en el suelo llorando.