Esquina de Cují
En la esquina de Cují, según cuenta la gente, y por lo que pudimos recabar. Trabajaba un zapatero de apellido Carrasquero. Allí había un árbol de cují, Carrasquero era algo extraño, era una especie de astrólogo. Veía señales de muchas cosas que podían suceder, en el movimiento de las estrellas, en las ramas de los árboles y hasta en el aullido de los perros en una noche tranquila.
Cuentan que tenía visiones acerca de un tesoro enterrado cerca de una mata de cují. Así que decidió hablar con un monje del Monasterio de San Jacinto y preguntarle qué podía hacer para localizar con más exactitud el sitio donde estaba el tesoro.
El monje, deseando jugarle una broma a Carrasquero le dijo “Vaya al sótano de la iglesia a la medianoche, allí un espíritu te dirá lo que deseas saber”.
Carrasquero acudió a la hora indicada al sótano de la iglesia, y efectivamente, le apareció un espíritu quien le dio unas indicaciones absurdas y que casi lo mató del susto. Posteriormente, el monje fue en busca del señor Carrasquero y lo encontró asustado debajo de unas escalinatas. Es así como esta esquina se va haciendo famosa y mantiene su nombre hasta nuestros días. Allí donde el zapatero de Cují.
Para saber más sobre las esquinas de Caracas
Texto e Ilustración: Jorge Rivas @donrefran