Miguelacho, vivió en la apartada barriada de “La Candelaria”. Un pulpero canario llamado Miguel Rodríguez, muy popular por el cariño que profesaba a los niños. Estaba casado con Paca, quien quería figurar en sociedad. “Debes acercarte a Monteverde, para que te dé un puesto, Miguel, le insistió Paca. No vas a pasarte la vida despachando manteca y papelón detrás de un mostrador”, expresaba.
Los mantuanos no lo admitían por ser de dudosa procedencia, carente de hidalguía, prosapia y distinción. Con todos esos vilipendios, el oriundo de las islas canarias, continuaba imperturbable despachando en su bodega y obsequiando “Ñapas de Papelón” a los niños del vecindario.
Justo en esta esquina funcionó la pulpería de Ño Miguelacho, una de las más populares de la ciudad. Este personaje fue un defensor de niños y desamparados. En 1813 fue acusado de ser opositor al partido oficial, ante lo cual una congregación de niños salió en defensa, gritando por su libertad en la Plaza Mayor. Dicha petición fue aceptada por el gobernador accediendo a dejarlo tranquilo.
Texto e Ilustración: Jorge Rivas @donrefran