“Ni que fuera el hijo de la panadera”
Esta expresión se usa mucho, sobre todo, cuando alguien siente que los están excluyendo de algún beneficio. Pensamos que tenemos el derecho de disfrutar de ello. Sentimos que nos maltratan en alguna situación, social, cultural o de cualquier otra índole. Defendemos nuestra posición diciendo: “Ni que yo fuera el hijo de la panadera”.
El origen de la expresión.
En el año de 1769, donde encontramos una sociedad altamente jerarquizada precedida por los mantuanos.
Estos, no toleraban ninguna igualación de los blancos de orilla y los mestizos a pesar de la riqueza tenían.
Para tal fecha, nombran a un joven como oficial de la milicia, siendo su madre una panadera de Caracas. Ante los hechos, se origina una protesta motivada a que se duda de su procedencia por tener la madre dicho oficio.
Cabe agregar, que el joven era nada menos que Santiago Francisco de Miranda, hijo de un comerciante próspero Sebastián de Miranda Ravelo que para ese entonces tenía entre sus negocios en la ciudad de Caracas, una panadería donde su esposa Francisca Rodríguez era la panadera de la misma.