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Esquina del Muerto

Esquina del Muerto. Ya acercándose la noche, comenzaba a bajar la niebla de la montaña y, entre los sauces, se oían los sollozos del cielo. Una jauría de perros callejeaba por Caracas, y no paraban de ladrar. Iban intranquilos por las calles, olfateando el suelo, gruñendo ante cada movimiento, curucuteando cada espacio.

Era la época de la Guerra de los cinco años. No había muchos acuerdos, sólo disputas, peleas y persecuciones.  Las treguas ocurrían a mediodía, los lugareños salían a las plazas, al mercado o a la iglesia, las calles de la ciudad estaban atestadas de hombres heridos. Aunque algunos yacían inmóviles y sin alma.

Caracas tenía un hedor extraño donde ni los perros intentaban hacer carroña. Las damas solían caminar con un velo negro y un pañuelo oscuro que cubriera sus narices. Visitaban el mercado para abastecerse y la iglesia para orar por el cese de la guerra. El clamor popular era la reconciliación.

Entre la niebla y la maleza, aparecían, de nuevo, las jaurías de perros, olfateando unos montículos irregulares, sospechosos y reñidores. A lo lejos, los caraqueños decían que se lograban escuchar unos cuantos lamentos, sollozos de rato en rato, que expiraban mientras la luz se iba evaporando.

En esos ratos de tregua, unas cuadrillas se encargaban de retirar los cadáveres para sepultarlos en campos santos. Cuando llegaron a la esquina que se conoce como El Muerto, recogieron un cuerpo del suelo, y llevado en la camilla, se sentó y dijo: ¡Qué jué compa, yo estoy vivo!

Los camilleros soltaron la camilla y corrieron sin cesar, dejando al muerto que estaba vivo en plena calle. La noticia no tardó en hacerse llegar, al punto que la gente solía persignarse cuando pasaban por ahí.

Algunos lo creen un milagro, otros una broma, unos dicen que era un alegre borrachín, pero la cuestión es que no estaba muerto, estaba de parranda.

 

Textos: Raul Cordoba @rcordoba
Ilustración: Jorge Rivas @donrefran

jorge rivas

Jorge Rivas Publicista y diseñador gráfico con experiencia en el dibujo realista y humorístico.