La historia de la esquina de Miracielos, se basa en que, en 1696, se desató una gran peste terrible en Caracas. Como lo fue la Fiebre Amarilla o «Vómito Negro» que azotó a la población, y ya estaba diezmada por la viruela. Al no encontrar la forma de solventar esa crisis para curarla y además estaba acabando con la población, La ciudad invocó la protección de Santa Rosalía de Palermo, pero al año siguiente, motivado a que aún persistía, el nuevo Gobernador de la Provincia de Venezuela, Maestre de Campo Don Francisco Berroterán, junto al Obispo y los representantes de los dos Cabildos convocaron una congregación con el Nazareno de San Pablo, para pedirle que cesara la epidemia de Fiebre Amarilla.
Acudieron a Dios para rogarle el cese de la peste y sacaron en procesión la imagen del Nazareno por las calles, en medio de oraciones.
Al pasar por una esquina donde había un árbol de limón, la cruz del Nazareno lo tropezó y en la corona de espinas se enredaron varias ramas, cayendo cantidad de limones al suelo. La gente tomó los limones como señal del cielo e hicieron limonada. Muchos se curaron y cesó la peste. Desde entonces esa esquina se le llamó esquina de Miracielos y al árbol, lo llamaron el Limonero del Señor, tal como lo retratara Andrés Eloy Blanco en su poema “El Limonero del Señor”.
Texto e Ilustración: Jorge Rivas @donrefran