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¡Arrimala al mingo!
Arrimala al mingo, esta es la frase que utilizamos cuando queremos que alguien nos colabore o haga su aporte en algún proyecto. No se sabe aciencia cierta cuando fue la primera vez que se utilizo, o cuando se empezó a practicar las bolas criollas en Venezuela. Sin embargo, existen algunas referencias de que este juego fue introducido por los sacerdotes españoles durante la Colonia, y paulatinamente se extendio por todo el país.
Tradicionalmente, las bolas criollas era un juego de participación masculina; pero actualmente intervienen mujeres y hasta han conformado equipos que asisten a competencias.
Para el inicio, se sortea la persona que hará el lazamiento del mingo, y el juego consiste en acercar las bolas verdes y rojas lo más posible al mingo, desde un punto establecido.
Si la bola se lanza con suavidad se denomina «arrimar», y si se lanza con fuerza se denomina «bochar».
Algunos términos de la jerga de las bolas criollas han pasado al lenguaje popular. Así, cuando alguien no logra algún objetivo o no le aporta nada al equipo se dice: «no arrima nada pa’l mingo»