“No se ha de hostiguar al buey manso”
Señala la prudencia con que se debe actuar. Es una variante de otro refrían “Del agua mansa librame Dios, que de la brava me libro yo”, de allí el riesgo de hostigar al manso, pues se desconocen sus intenciones al provocar sus furias. Lo mismo que “Debajo de las hojas, está la culebra”