En el 1766 la población de Caracas habría sufrido inmensamente de una epidemia de viruelas.
La mortalidad se elevó en la ciudad entre seis u ocho mil, había enfermos por todas las esquinas, en donde quiera había que ayudar a los afectados, pero había una casa en especial. Ubicada justo en la esquina donde hoy se conoce como Padre Sierra, allí vivía Don Joseph de Sierra, un Capellan de las monjas Concepciones, quien fue un hombre muy humanitario, que hizo un gran trabajo durante la epidemia, ayudando a curar a los enfermos y poniendo en riesgo su propia vida.
Además también el 21 de octubre de ese año, socorrió a las víctimas del terremoto que sacudió a Caracas.
A partir de allí esta esquina tomó su nombre en honor a las actividades humanitarias que realizó este Capellán, siendo una de las pocas esquinas que conserva su nombre original.
El Padre Sierra murió víctima de esta enfermedad que contrajo cuando se dedicaba a curar y proteger a los enfermos.
Texto e Ilustración: Jorge Rivas @donrefran