La Esquina del Guanábano tuvo su origen, por un hermoso guanábano que en aquel sitio prestaba su sombra acogedora al caminante de aquellos pasajes, y ofrecía la dulzura de sus frutos a los habitantes de sus alrededores y a cuantos se acercaron a sus ramas.
El Anonimato
La Esquina del Guanábano era, hasta hace poco tiempo, una esquina anónima, como otra cualquiera. Se comprende que con el fin de ambientarse, algún vecino nombró el árbol que hacía sombra en el lugar y así quedó hasta el sol de hoy.
Sería poco lo que pudiéramos decir de ella si no fuera por el puente que también lleva su nombre y que le ha dado una trágica celebridad llegando su fama hasta el extranjero.
Fue en los tiempos en que Guzmán construyó su vieja mansión en lo alto de La Pastora, que se hizo de necesidad colocar un puente. El único puente que unía a la parte alta de La Pastora con el centro de la ciudad, era el «Puente de Carlos III», fabricado bajo el reinado del Rey Carlos III el año de 1759 y siendo Gobernador de Venezuela el Brigadier González Torres de Navarra. Parece que fue construido en el lapso comprendido entre 1786. Hoy existe en el una placa de mármol en que está grabada la fecha de su construcción.
Cuando el viejo Guzmán se fue a vivir a su lujosa quinta, no existía ninguna calle que uniera el sitio con el resto de la ciudad, por lo que se hizo de urgencia echar un puente sobre el abismo donde habría sus ramas al viento frío de La Pastora el hermoso Guanábano que una mano amiga sembrará en aquel sitio.
Su popularidad
Lo que ha hecho célebre el Puente Guanábano no son sus casas humildes que han surgido a la orilla del Río Catuche, ni sus hermosos jardines de rosas que se miran desde su altura, ni bello paisaje, sino que hoy en día cuenta con un número de récord de suicidios. Todo aquel que se siente con deseo de desaparecer del mundo de los vivos, se arrojan desde lo alto del puente trágico.
Conocemos el caso de una señora que se tiró y la ropa en la caída se le abrió, cayendo como paracaídas con ligeros aporreos solamente. Y el del suicida que quedó engarzado en una rama del guanábano. Pero la generalidad de lo que buscan en él la muerte, la encuentran hasta verse obligada las autoridades a poner un guardia diario para vigilar que los suicidas no se arroje por el Puente del Guanábano.
Cuando se inicia la ola de suicidios en Caracas, el puente sirve, como dice el pueblo en su lenguaje criollo, de «revólver del pobre», haciendo que la cifra llegue a mas de 2 mil personas que hayan logrado suicidarse lanzándose desde el puente.
Texto e Ilustración: Jorge Rivas @donrefran